GEORGES BATAILLE
COMO NO SOY DOCTO EN EL TEMA, TOME LA REFERENCIA SOBRE LO QUE ES BATAILLE CLARO ES SOLO UNA SIMPLE REFERENCIA.
ESPERO QUE NO ME CAIGA LA JUSTICIA DESCOLGANDOSE POR EL EDIFICIO PARA APRENDERME, POR QUE NO ME LA DA GANA PONER LA FUENTE, MONOPOLIO MAS GRANDE DEL MUNDO.
Georges Bataille (1897-1962), escritor francés que sitúa el erotismo y la transgresión en el centro de su análisis filosófico y de sus textos de ficción.
Nació en Billom, en la región de Auvergne. Participó en la creación de la revista Documents (1929) y fundó Critique (1946), una influyente publicación mensual. Fue también miembro fundador, junto a Roger Caillois y Michel Leiris, del Collège de Sociologie, en 1937. Bibliotecario de profesión, convertido al catolicismo, después al marxismo, amigo de intelectuales, de etnólogos, de filósofos y de psicoanalistas, se apoyó en su amplia cultura para sentar los fundamentos de su análisis histórico y social, su teoría mística y su obra de ficción.
Continuador de las tesis de Hegel, Bataille sostiene que el hombre, a pesar de las leyes que regulan su actividad, vive atormentado por la naturaleza, de la que se aparta a duras penas (Lascaux, o el nacimiento del arte, 1955). Este arraigo primordial con la naturaleza se manifiesta en la muerte y la sexualidad, dos factores de desorden que entran en contradicción con la vida social del hombre y sobre los cuales pesan, por la misma razón, tabúes y prohibiciones. A su vez, sobre estos últimos se fundamenta el deseo de transgresión (El erotismo, 1957), que antiguamente se expresaba a través de la fiesta, el sacrificio o la orgía, pero que la sociedad actual proscribe, ayudada por la moral judeocristiana (La parte maldita, 1947). Su razonamiento avanza entonces por cauces próximos al éxtasis místico y le lleva a postular la ruptura de las barreras del yo y la afirmación de una “hipermoral” (El cura C, 1950), fuera de toda presuposición ética o religiosa.
En su trilogía titulada Summa ateológica (La experiencia interior, 1943; El culpable, 1944; Sobre Nietzsche, 1945), Bataille da cuenta de su trayectoria intelectual hacia “la vía ardua, agitada, la del hombre íntegro, sin mutilaciones”. La meditación es la encargada de conducir a ese estado de iluminación, sin recurrir a los alucinógenos y sin caer en el esoterismo, aunque tome prestadas disciplinas ascéticas de las místicas orientales.
El erotismo, piedra angular tanto de su interpretación de la historia y de la sociedad como de su mística individual, está también en la base de sus relatos de ficción. A lo largo de su trayectoria novelística, Bataille desarrolla un erotismo que se entremezcla con la sordidez y el horror, y que busca agotar todas las posibilidades hasta llegar a ese punto extremo en que lo repugnante y lo voluptuoso se asimilan y se anulan, permitiendo así al hombre superar su propia repulsión y librarse a representaciones ilusorias (El año solar, 1927; Historia del ojo, 1928; Madame Edwarda, 1937; El aleluya, 1947; El azul del cielo, 1957, escrito en 1935).
Su escritura muestra una tendencia al exceso, a la provocación violenta que rechaza la facilidad del estetismo (Odio a la poesía, 1947; La literatura y el mal, 1957). A menudo ha sido presentado como un escritor maldito e inclasificable debido a sus planteamientos desconcertantes, escandalosos, contradictorios y plurales. Sin embargo, Bataille ejerció una gran influencia entre los escritores de su época, que le copiaron mucho aunque le citaron poco.
Hubo que esperar a las décadas de 1960-1970 para que su nombre figurara escrito por otros autores.
5 Comments:
Grande Bataille.
Gracias por la lección, dioshamuertoyyno.
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DE NADA
DE NADA
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